En
la vida pasamos por momentos en los que aparecen sentimientos de tristeza,
desesperanza, estrés …Momentos que aún siendo inherentes a la propia existencia
humana, se nos han enseñado a evitar, como si fuera algo que no va con nosotros
y que solo le pasa a los demás…cómo si
estuviéramos libres de ello.
A
veces nos sentimos culpables, creyéndonos responsables de la situación; o
incluso incomprendidos, pensando que somos los únicos que pasamos por ese
problema.
Otras
le damos vueltas e intentamos entender cómo hemos llegado a ese punto. Ponemos
todo nuestro empeño en salir, pero parece que las cosas no mejoran y sólo
conseguimos frustrarnos.
No
queremos que esos miedos se mantengan y nos causen un malestar aún mayor. Que
interfieran en otros ámbitos de nuestra vida y afecten a nuestra capacidad de
disfrute. ¡Si pudiéramos hacer algo para solucionarlo!
Es
ahí cuando con un poco de suerte, hemos decidido parar y empezar a escucharnos.
Ver que algo se nos remueve por dentro…que ya no somos los mismos que antes… ¿qué
nos está pasando?...estamos actuando, ¡nos movemos! La acción como la clave del
cambio, lo que nos va a permitir salir
de la preocupación y pasar a la lucha. Lo que nos permitirá descubrir nuevos
caminos insospechadamente gratificantes.
Posicionémonos,
aprendamos a afrontar la realidad desde un prisma diferente; desde el prisma de
la aceptación de nuestra propia vida (sin resignarnos, como un ejercicio de
valentía y franqueza con nosotros mismos), y la adquisición de una responsabilidad
con nuestra propia historia, con nuestro
rumbo del que somos dueños. Luchar contra una realidad inamovible sería un
gasto de energía inútil y dañina.
Escuchémonos,
escúchate. Identifica abiertamente tus debilidades pero también tus fortalezas.
Toma conciencia, y actúa en consecuencia. Empieza a escribir tu camino, a superar
esas dificultades con tus aptitudes, pero sobre todo con tu actitud. Una
actitud de superación, de búsqueda de tu bienestar, si no lo haces tú, ¿quién
lo puede hacer? ¡Da el paso!
Pide
ayuda si es necesario, disfruta de esa libertad que a veces da vértigo. Trátate
con compasión, sin exigencias absolutas y sabiendo que los borrones de tus
páginas en blanco son necesarios para aprender a seguir avanzando en la
escritura de la historia de tu vida.
Paloma García Aguña Psicóloga Clínica Nupofis Madrid
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